Cuando afuera hace un calor sofocante y los niños ya se han cansado de jugar en la arena o pasar el día en la piscina, un poco de creatividad en la frescura del hogar puede ser justo lo que se necesita. Las actividades creativas no solo hacen que el tiempo pase de forma agradable, sino que también desarrollan de manera sutil las habilidades de los niños: la motricidad fina, la imaginación, la paciencia y la resolución de problemas. ¡Veamos cómo hacer que las tardes de verano en casa sean coloridas y divertidas!
Si trajiste conchas o piedras de la playa, ¡es hora de usarlas! Con un poco de témpera, cartulina y pegamento, puedes crear una postal con ambiente marino.
Toma una camiseta blanca y dale a tu hijo rotuladores textiles. Su nombre, su animal favorito o un personaje de cuento – puede dibujar lo que quiera. ¡Una obra de arte única y para vestir!
¡Un juego de rol veraniego con plastilina! “Bolas”, “barquillos”, “salsas” – todo se puede crear con plastilina de colores. Perfecto para manos pequeñas e imaginación grande.
Una decoración soleada para la habitación infantil. Recorta formas (mariposa, sol, flor), pega papel de colores y colócalas en la ventana.
Perfecto para niños más grandes. Una pequeña historia, personajes dibujados, vivencias propias – una forma ideal de conservar los recuerdos del verano.
Crear en familia no solo entretiene a los niños, sino que también genera recuerdos compartidos. Ya sea un “concurso de pintura familiar” por la tarde o un álbum veraniego hecho entre todos – es un verdadero momento de calidad juntos.
El verano no tiene por qué ser solo playa y helado – también puede ser una temporada de creatividad. A los niños les encanta hacer algo con sus propias manos y luego mostrarlo con orgullo o regalarlo.
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